Cómo los centros de reciclaje podrían estar empeorando nuestro problema con los plásticos
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Un estudio reciente realizado en una instalación de reciclaje en el Reino Unido sugiere que el reciclaje de plástico puede contribuir al problema de la contaminación por microplásticos. La investigación indica que del 6 al 13 por ciento del plástico procesado en la instalación podría terminar siendo liberado al medio ambiente como microplásticos. Los hallazgos plantean preocupaciones sobre la efectividad del reciclaje como una solución a la contaminación plástica. Aunque el estudio se realizó en una sola instalación, los expertos destacan la necesidad de replicar la investigación en otras instalaciones de reciclaje y actualizar las reglamentaciones ambientales para abordar el problema.
El propio proceso de reciclaje, que implica fricción mecánica y abrasión, puede generar microplásticos. El estudio estimó que la instalación analizada podría producir hasta 6,5 millones de libras de microplásticos por año, lo que representa alrededor del 13 por ciento del plástico total procesado anualmente. Incluso con la instalación de filtros en la planta, todavía había cantidades significativas de microplásticos en las aguas residuales. Si bien los filtros pueden ayudar a reducir la liberación de microplásticos, los expertos argumentan que no son una solución integral.
El estudio destaca la necesidad de una mayor investigación y comprensión del alcance de la contaminación por microplásticos causada por las instalaciones de reciclaje. Los expertos sugieren que las instalaciones de reciclaje podrían ser fuentes identificables de contaminación por microplásticos, lo que permitiría tomar medidas regulatorias. También se recomienda actualizar los requisitos de permisos ambientales en base al conocimiento científico actual. A pesar de los hallazgos del estudio, los expertos enfatizan que la solución no es dejar de reciclar sino continuar los esfuerzos para reducir el consumo de plástico. Sostienen que el reciclaje mecánico sigue siendo el mejor escenario para el final de la vida útil de los materiales plásticos, lo que ayuda a minimizar la producción de plástico nuevo.
