
Los científicos detectaron 5.000 criaturas marinas que nadie sabía que existían. Es una advertencia.
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Un nuevo análisis de la Zona Clarion-Clipperton (CCZ), un área rica en minerales en el Océano Pacífico, ha revelado la presencia de aproximadamente 5000 criaturas marinas previamente desconocidas. El estudio destaca la gran diversidad de vida en esta región de aguas profundas y plantea preocupaciones sobre el impacto ambiental potencial de la minería en aguas profundas para minerales críticos. La CCZ, dos veces más grande que la India, contiene extensos nódulos polimetálicos, que son valiosos depósitos minerales. Los defensores de la minería de aguas profundas argumentan que la extracción de metales del lecho marino tiene menos compensaciones éticas en comparación con la minería terrestre. Sin embargo, los científicos y ambientalistas piden una pausa en las aprobaciones mineras hasta que se obtenga más información científica, ya que se sabe poco sobre los efectos potenciales de la minería en los ecosistemas marinos y la liberación de carbono.
La CCZ, ubicada en el fondo del Océano Pacífico, es conocida por sus abundantes nódulos polimetálicos, depósitos minerales del tamaño de una patata formados durante millones de años. El estudio realizado por el Museo de Historia Natural de Londres analizó más de 100.000 registros de cruceros de investigación y descubrió entre 6.000 y 8.000 animales en la CCZ, de los cuales aproximadamente 5.000 eran completamente nuevos para la ciencia. Entre las criaturas recién descubiertas se encuentran las ardillas gomosas, los pepinos de mar de color amarillo neón y los pulpos Casper, que resaltan la biodiversidad única de esta región de aguas profundas. Sin embargo, el descubrimiento también plantea preocupaciones sobre la falta de conocimiento sobre la biodiversidad de referencia de la CCZ y los impactos potenciales de la minería de aguas profundas en estos frágiles ecosistemas.
Los defensores de la minería en aguas profundas argumentan que la extracción de minerales del lecho marino tiene menos compensaciones negativas en comparación con la minería terrestre. Afirman que evita el desplazamiento de las comunidades indígenas, la explotación del trabajo infantil y la destrucción de las selvas tropicales. Sin embargo, los opositores piden una pausa en las aprobaciones mineras hasta que se obtenga suficiente información científica. Las preocupaciones incluyen el daño potencial a la pesca, la liberación de carbono almacenado y la introducción de columnas de sedimentos en el agua. Los ambientalistas enfatizan la necesidad de una mayor comprensión de los ecosistemas de aguas profundas y las posibles consecuencias de la minería antes de proceder con la extracción. Se espera que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, un organismo autorizado por la ONU, emita regulaciones para la minería submarina, pero los debates sobre la supervisión y el cumplimiento de estas regulaciones continúan.