
Rhodes, líder de Oath Keepers, condenado a 18 años por conspiración sediciosa del 6 de enero
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El fundador de Oath Keepers, Stewart Rhodes, fue sentenciado a 18 años de prisión por su participación en el ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio de los Estados Unidos. Esta es la sentencia más larga dictada a una persona implicada en los disturbios a favor de Trump y la primera en incluir una pena mayor por terrorismo. El juez Amit P. Mehta justificó la larga sentencia destacando el papel de Rhodes en persuadir a otros a usar la fuerza para imponer sus creencias políticas. Mehta describió a Rhodes como una figura carismática que manipulaba a sus seguidores, animándolos a traer armas de fuego a Washington, D.C. y prepararse para la batalla. Rhodes se mantuvo firme en su creencia de que fue atacado por sus opiniones políticas de extrema derecha, comparándose con un preso político y prometiendo exponer la supuesta criminalidad del régimen actual desde la prisión.
La sentencia de Rhodes marca un hito importante en la investigación del ataque al Capitolio. La acusación, que se considera la más grande en la historia de los EE. UU., resultó en aproximadamente 1,000 cargos y más de 650 condenas. La diputada de Rhodes, Kelly Meggs, también fue sentenciada a 12 años de prisión. Tanto Rhodes como Meggs fueron declarados culpables de tramar violencia política que condujo al ataque, y se acusó a Rhodes de desempeñar un papel central en la movilización de Guardianes del Juramento armados al Capitolio. Aunque Rhodes no entró personalmente en el edificio, los fiscales presentaron evidencia que sugiere su influencia en la orquestación de los eventos que se desarrollaron el 6 de enero. Mehta, al pronunciar la sentencia, enfatizó que la conspiración sediciosa es uno de los delitos más graves que uno puede cometer e identificó a los Guardianes del Juramento. como una de las amenazas más importantes para la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Rhodes y Meggs mantuvieron su inocencia, afirmando que llegaron a Washington como guardaespaldas de VIP republicanos y solo trajeron armas de fuego para actuar como fuerzas de paz. Sin embargo, los fiscales presentaron pruebas que contradecían estas afirmaciones, lo que demuestra que Rhodes difundió activamente afirmaciones falsas de fraude electoral y animó a sus seguidores a prepararse para una rebelión armada y una posible guerra civil. El gobierno argumentó que las acciones de Rhodes y los Oath Keepers constituían terrorismo y representaban una amenaza directa al estado de derecho. Los abogados defensores de Rhodes y Meggs indicaron su intención de apelar las condenas, sugiriendo que el discurso de sus clientes había sido un arma contra ellos. Después de la sentencia, el oficial de policía del Capitolio, Harry Dunn, expresó su decepción y afirmó que el castigo no fue suficiente para disuadir futuros actos de violencia, particularmente dada la actitud desafiante de Rhodes.