
Cómo demasiada cafeína puede conducir a la privación del sueño
05/30/2023El arresto de un hombre de 32 años por sospecha de conducir bajo la influencia de drogas o alcohol resultó ser un caso de privación crónica del sueño. Cantidades cada vez mayores de cafeína habían enmascarado temporalmente su fatiga, lo que lo llevó a creer que podía mantener un horario exigente con solo cinco horas de sueño cada noche. Sin embargo, la privación crónica del sueño interrumpe el ritmo circadiano del cerebro y provoca un aumento de los niveles de adenosina, lo que provoca fatiga persistente y deterioro de la función cognitiva. Si bien la cafeína puede compensar algunos efectos cognitivos de la pérdida de sueño en la memoria, no puede revertir la privación del sueño.
La privación del sueño no solo provoca cansancio, sino que también afecta la capacidad del cerebro para consolidar la memoria. Además, puede exacerbar la depresión, la ansiedad y las respuestas emocionales, como lo demuestra el aumento de la actividad de la amígdala en respuesta a los estímulos negativos. A pesar de sus efectos de alerta temporal, la cafeína no elimina los efectos cognitivos adversos de la falta de sueño, pero las personas a menudo atribuyen su efectividad percibida a la cafeína debido a la falta de conciencia de los impactos cognitivos de la falta de sueño.
Para romper el ciclo de depender de la cafeína y los medicamentos sedantes, se recomienda limitar el consumo de cafeína a la mañana y evitarlo después del almuerzo. También se recomienda asociar la cama solo con el sueño y reservar otras actividades para otros lugares. Establecer un horario de sueño regular y practicar un enfoque de «levantarse de la cama» si no puede dormir en 15 a 20 minutos puede ayudar a restablecer patrones de sueño saludables. Este método ha demostrado ser tan efectivo, si no más, que los medicamentos para dormir para facilitar un mejor sueño.
En general, el artículo destaca la naturaleza engañosa de la cafeína para enmascarar los efectos de la privación crónica del sueño. Enfatiza la importancia de reconocer y abordar la privación de sueño subyacente en lugar de depender de estimulantes, lo que en última instancia promueve hábitos de sueño más saludables para mejorar la función cognitiva y el bienestar.